Para entender el concepto de los NFT, primero tenemos que saber y entender que en nuestro sistema jurídico, existen bienes fungibles y bienes no fungibles. Los bienes fungibles son los que pueden intercambiarse, teniendo un valor en función de su número, medida o peso. Y los bienes no fungibles son los que no son sustituibles.
Un ejemplo de bienes fungibles es el dinero. Si tienes un billete de 1 dólar, este es un bien fungible, ya que lo puedes intercambiar sin problemas por otro billete de 1 dólar, no pierde valor y es exactamente igual. Además, este billete se consume cuando lo utilizas.
Y por otra parte, un ejemplo de bien no fungible sería una obra de arte. Si tienes un cuadro en casa, este no se consume al utilizarse y tampoco puede ser sustituido por otro cuadro. Una obra de arte no es equivalente a otra, y por lo tanto, no se pueden simplemente intercambiar como pasa con un billete de 1 dólar.
¿Qué son los NFT?
Las siglas de NFT significan Non -Fungible Token, un token no fungible. Los tokens son unidades de valor que se le asignan a un modelo de negocio, como por ejemplo el de las criptomonedas. Y es que los NFT tienen una relación estrecha con las criptomonedas, por lo menos tecnológicamente, aunque son opuestos, ya que un Bitcoin es un bien fungible, y un NFT es un bien no fungible, pero en esencia, son como las dos caras de una moneda tecnológica.
Para que lo entiendas bien, podemos pensar en las criptomonedas como una reserva de valor, algo parecido al oro. Puedes comprar y vender oro, y cuando el número de compradores aumenta el precio sube, para bajar cuando este número de compradores disminuye. Es un comportamiento igual al de las criptomonedas.
Pero el oro al final es oro, y puedes cambiar una pepita por otra sin problema. Sin embargo, hay otros bienes hechos en oro que tienen también un valor, pero son únicos, y ese hecho marca la diferencia y les da otro tipo de valor. Al igual que ese valor hecho con oro o una obra de arte, los NFT son activos únicos que no se pueden modificar ni intercambiar por otro que tenga el mismo valor. Ya que no hay dos NFT que sean equivalentes igual que no hay dos cuadros que lo sean.
Por lo tanto, puedes pensar en un NFT como una gran obra de arte, como la Gioconda de Da Vinci. Solo hay una y está en una galería de arte concreta. Si la quieres, solo puedes comprar la original en el caso de que estuviera a la venta. También podrías hacerte con una copia, pero tendría otro valor, ya que no sería la original. Pues eso exactamente es lo que hace el NFT, pero de forma digital.
Para entenderlo mejor, un NFT sería como una obra de arte única, por ejemplo, El David de Miguel Ángel, solo hay uno y está en la Galería de la Academia de Florencia; si alguien quisiese tener ese David en concreto, debería comprarlo (si estuviese a la venta) o hacerse con una copia, en cuyo caso, ya no estaríamos hablando del original, que es lo que dota de valor a la escultura.
Por eso mismo, los NFT suelen estar adjuntos a algunas obras o ilustraciones digitales. Su precio, es realmente el que la gente le quiera dar, y ahora que están en un pico de popularidad, podemos encontrarnos con que hay gente que paga 260.000 euros por el dibujo de una roca adjunto a un NFT.
¿Cómo funcionan los NFT?
Los NFT funcionan a través de la tecnología blockchain o de cadena de bloques. Es la misma tecnología de las criptomonedas, que funcionan mediante una red de ordenadores descentralizada, con bloques o nodos enlazados y asegurados usando criptografía. Cada bloque enlaza a un bloque previo, así como una fecha y datos de transacciones, y por diseño son resistentes a la modificación de datos.
A los NFT, se les asigna una especie de certificado digital de autenticidad, una serie de metadatos que no se van a poder modificar. En estos metadatos se garantiza su autenticidad, se registra el valor de partida y todas las adquisiciones o transacciones que se hayan hecho, y también a su autor.
Esto quiere decir que si compras un contenido digital tokenizado con NFT, en todo momento siempre habrá constancia del primer valor que tenía, y de por cuánto lo has comprado. Es como cuando compras un cuadro y se lleva un registro de por dónde se mueve.
Por lo general, la mayoría de “tokens” o NFT suelen estar basados en los estándares de la red Ethereum y de su cadena de bloques. Gracias a utilizar una tecnología conocida y popular, es sencillo operar con ellos para comprarlos y venderlos utilizando determinados monederos que también trabajan con Ethereum. Sin embargo, estamos hablando de obras únicas, por lo que no hay una compraventa activa como en las monedas digitales.
¿Por qué compra la gente los NFT?
Si los NFT no se pueden comprar y vender tan fácil como los Bitcoin, entonces, ¿por qué la gente los compra y se gasta tanto dinero en ellos? Pues es sencillo, porque creen que su valor va aumentar con el tiempo, y luego podrán venderlo por más dinero. Nadie se gasta 260.000 euros por el dibujo de una roca porque le gusten los dibujos de rocas, ya que los puede tener gratis, sino por el valor que tiene este dibujo concreto al ser un NFT.
La idea, por lo tanto, es que si me compro un NFT por 100.000 euros, en un futuro pueda revenderlo por más dinero. Es un activo único, lo que en teoría le debería dar un valor mayor al no existir otro igual.
Origen del mercado NFT
A los 15 años Mark Cuban se dio cuenta de que podía sacar provecho del mercado filatélico. Los precios variaban tanto y había tales ineficiencias que descubrió la forma de comprar sellos de 15 centavos para venderlos a 25 dólares una hora más tarde y así ahorrar para la universidad.
El célebre inversor multimillonario (propietario de el equipo de la NBA Dallas Mavericks) vio ya entonces cómo el coleccionismo simplemente asignaba distinto valor a un bien físico, pero ahora cree en la revolución de los NFTs (Non -Fungible Tokens), que son la versión digital de los sellos, el arte o cualquier otro producto tangible o intangible al que una serie de usuarios acaban confiriendo un valor. Estos activos están ganando terreno, y forman parte de esa nueva cultura en la que el blockchain y las criptodivisas también están absolutamente integradas.
El oro es valioso porque todos creemos que lo es
Cuban reflexionaba a principios de 2021 sobre esa revolución de los nuevos depósitos de valor. Muchos hablan de bitcoin como una de esas reservas de valor que sustituyen o pueden sustituir a lo que siempre ha representado el oro, pero para Cuban en realidad todo forma parte de la misma idea.
Y es que como explicaba entonces, que el oro se haya convertido en la reserva de valor por excelencia es parte de “una narrativa. Hay un montón de metales preciosos que cumplen con los mismos requisitos, pero el oro tiene más compradores. Cuando el número de compradores aumenta, el precio sube, y viceversa. No hay nada único o especial en el oro salvo por el hecho de que la suficiente gente cree en esa historia y compra oro”.
Es la misma reflexión que otros economistas y analistas han hecho en el pasado. Yuval Noah Harari hablaba de ello en su bestseller ‘Sapiens: de animales a dioses’. En el que explicaba cómo el valor del oro y la plata “es puramente cultural”. Y se convirtió en esa reserva de valor por cumplir perfectamente con el requisito de que tenía “confianza universal”. Asignamos valor al oro porque muchas otras personas (la mayoría de la población de nuestro mundo) lo hace.
De tocar y ver a solo ver
Los NFTs (Non-Fungible Tokens) son activos digitales que básicamente son una extensión de esa misma idea. Antes conferíamos valor a bienes tangibles que podíamos tocar y ver (oro, sellos, obras de arte). Y ahora lo hacemos cada vez más a bienes intangibles que sobre todo vemos, pero probablemente no podemos tocar.
Las criptodivisas son una aproximación a ese principio, pero los NFTs van un poco más allá y aplican ese concepto de reserva de valor a esos objetos más orientados al coleccionismo.
Una carta de Pokémon digital es un buen ejemplo de ese nuevo formato de sello coleccionable. Por lo que el concepto es el mismo que el que hace años se hizo famoso con aquella sorprendente fiebre de los criptogatitos (Cryptokitties); que de hecho siguen en activo y cotizándose a precios que para muchos son absurdos. ¿Por qué un avatar digital de un gato llegó a costar 115.000 dólares? Fácil: suficiente gente creyó en que su precio era efectivamente ese. No hay más.
Características de los NFT
Al contrario de lo que ocurre con las criptodivisas, los NFTs no se pueden intercambiar entre sí, ya que no hay dos NFTs iguales. Por ejemplo tu carta de un criptogatito es única, como lo es esa obra de arte digital o cualquier otro bien intangible que entra en esta definición.
Hay una analogía clara entre un NFT y una entrada para un festival de música, que hace Coindesk. En esa entrada hay información sobre el comprador de la entrada, la fecha del evento y su localización. Esas entradas, como los NFTs, son personales y únicos.
La mayoría de estos “tokens” (que pueden ser monedas, sellos, obras de arte, o los simios aburridos, por ejemplo) se basan en los estándares de la red Ethereum y de su cadena de bloques.
Eso ha permitido que sea fácil operar con ellos a la hora de comprarlos y venderlos, y que servicios como MetaMask o MyEtherWallet (monederos que permiten interactuar con Ethereum) sean referentes en este tipo de transacciones. Además de ello, los NFTs reúnen varias características:
- Extrañamente únicos: estos activos tienen muchas analogías con las obras de arte, de las cuales puede haber copias (es aún más fácil hacer copias de obras digitales), pero aquí el propietario puede certificar que es el propietario único y real de la obra original, aunque esta pueda compartirse fácilmente en internet (y lo hace). Es una situación curiosa y un giro al valor que concedemos a las obras de arte físicas y a las digitales.
- No interoperables: no puedes usar un avatar/tarjeta de Cryptokitties en otros juegos similares como CryptoPunk.
- Indivisibles: a diferencia de las criptodivisas, los NFT no se pueden dividir en partes más pequeñas, y tienen un valor completo como entidad o token completo, sin más. No puedes tener 1/1000 de un Bored Ape.
- Indestructibles: los datos de un NFT se almacenan en la cadena de bloques a través de un contrato inteligente (Smart Contract), lo que hace que no se puedan destruir, eliminar o replicar.
- Propiedad absoluta: a diferencia de la música o el cine, si compras uno de estos bienes su propiedad es absolutamente tuya. No compras una licencia para ver la película o escuchar la canción, sino que ese bien intangible es completamente tuyo.
- Verificable: la cadena de bloques hace posible verificar algo que es bastante más complejo demostrar o certificar con temas como el coleccionismo de arte o sellos. Por ejemplo: la cadena de bloques mantiene un historial de quién ha comprado o vendido un NFT y quién es su actual propietario (absoluto). Esto incluyendo el creador original a quien se compró ese activo digital en primer lugar.
NFTs como el futuro de los negocios
Volvemos a Cuban, absoluto creyente de este tipo de activos digitales. En su opinión los NFT son el futuro de los negocios. “Esta generación sabe que un contrato digital y el activo digital que representa o un criptoactivo son una mejor inversión que el tradicional activo que puedes ver, tocar o sentir”.
Todo cobra sentido con este renovado auge que se está viendo con las criptodivisas y del que bitcoin y Ether son protagonistas. A los Bored Ape le han seguido incluso memes como Nyan Cat. Pero los NFT empiezan a tener también apoyos incluso en segmentos muy tradicionales, como ha demostrado la nueva subasta organizada por la casa de subastas Christie’s.